Luxación de Hombro. Lesión de Bankart y Hill Sachs
El hombro es la articulación más compleja y la de mayor movilidad en el cuerpo humano. Por ello, puede sufrir diversos problemas. Gran parte de las dolencias tienen su origen en una inflamación o desgarro del tendón, así como en problemas en el manguito rotador o en el sistema óseo.
Entre las lesiones más frecuentes podemos destacar la rotura del manguito rotador, una luxación, el hombro congelado, la bursitis, una tendinitis y fracturas.
Hoy nos queremos detener en dos de las lesiones más comunes que puede sufrir el hombro sobre todo a nivel deportivo, la lesión de Bankart y la de Hill Sachs.
La lesión de Bankart supone la rotura del rodete glenoideo que es una cápsula fibrosa que está ubicada donde se asienta la cabeza del húmero. Rodea la base de la articulación del hombro y se ocupa de otorgarle una mayor estabilidad. Esta suele derivar de una luxación anterior del hombro, en otras palabras, cuando el hombro se desplaza hacia delante, generalmente debido a un traumatismo, la cabeza del húmero se lleva consigo el rodete, lo arranca.
La lesión de Hill Sachs o fractura de Hill Sachs es una depresión de la parte posterolateral de la cabeza del húmero. Se produce por la impactación de la cabeza del húmero contra el reborde glenoideo anteroinferior tras un evento traumático que produce una luxación del hombro. Durante la luxación del hombro, la cabeza del húmero se aplasta contra la glenoides, se deprime y se produce la deformación del húmero.
Síntomas
Los pacientes que sufren la lesión de Bankart y Hill Sachs experimentan un dolor agudo y la sensación de inestabilidad de hombro. Si la lesión es pequeña puede no dar ningún síntoma, pero generalmente encontraremos la siguiente sintomatología:
- Dolor persistente en el hombro.
- Inestabilidad.
- El paciente cuenta como siente que “se le sale el hombro”.
- Tras la primera luxación es frecuente que aparezcan más episodios de luxación del hombro.
Tratamiento
El tratamiento conservador incluye la pauta de antinflamatorios, reposo, aplicación de frío y fisioterapia. Si esto no es suficiente será necesaria la cirugía. El paciente suele usar un cabestrillo durante la primera semana, aunque puede que sea necesario durante más tiempo.
En la mayoría de los casos es recomendable la fisioterapia para ayudar con el dolor y secuelas post operatorias. El tratamiento de fisioterapia se basará en:
- Movilización de la articulación glenohumeral y escapulotorácica principalmente en todos sus rangos de movimiento.
- Tratamiento Miofascial.
- Masaje terapéutico.
- Tratamiento analgésico y antiinflamatorio a través de agentes físicos como:
- Onda Corta
- Ultrasonidos
- Láser
- Corrientes Analgésicas
- Ejercicio de fortalecimiento del manguito rotador, toda la musculatura estabilizadora del hombro y de la escápula.
- Ejercicio de control y estabilización escapular.
- Estiramiento de la musculatura del hombro y miembro superior.
- Ejercicio de propiocepción y acondicionamiento a la actividad normal.